Camacho y Amaya: la dupla que quiere cambiar el currículo escolar de Neiva
Dos voces jóvenes del Concejo de Neiva, Sebastián Camacho y Juan Diego Amaya, han unido fuerzas para impulsar un ambicioso Proyecto de Acuerdo que obligaría a todos los planteles oficiales a incluir, de manera sistemática, contenidos de emprendimiento, educación económica y alfabetización financiera. Su apuesta parte de una premisa contundente: el sistema educativo no puede seguir formando graduados que desconocen cómo administrar su dinero o poner en marcha una idea de negocio.


En la exposición de motivos, Camacho recalca que «la economía real no se aprende únicamente en la universidad; debe interiorizarse desde la escuela». Amaya complementa la visión señalando que, si bien Neiva ha dado pasos importantes en materia de cobertura educativa, el verdadero reto es dotar a los estudiantes de competencias que les permitan liderar proyectos productivos y contribuir al desarrollo local. Ambos concejales, reconocidos por su cercanía con las comunidades y su discurso renovador, ven en la educación financiera una herramienta para romper ciclos de pobreza.
La propuesta se estructura en tres grandes ejes. El primero incorpora asignaturas modulares desde tercer grado de primaria hasta undécimo, abordando temas como presupuesto familiar, instrumentos de ahorro e inversión, economía solidaria y habilidades para emprender. El segundo eje fortalece al cuerpo docente: prevé capacitaciones, certificaciones y un banco de recursos didácticos desarrollado junto con instituciones de educación superior y entidades bancarias. El tercero establece un sistema de seguimiento: encuestas anuales a estudiantes y padres, ferias estudiantiles y convenios con incubadoras de negocio para acompañar las mejores ideas que surjan en el aula.

El contexto nacional respalda la urgencia de la iniciativa. Investigaciones recientes muestran que menos de uno de cada cinco colombianos domina conceptos financieros básicos , y los jóvenes son el grupo más vulnerable a endeudarse sin una comprensión plena de tasas de interés o plazos. Camacho y Amaya quieren que Neiva sea la excepción: que sus egresados salgan del colegio con la maleta cargada de proyectos viables y la capacidad de identificar oportunidades en su entorno.
Además de la formación técnica, el proyecto busca fomentar valores de liderazgo ético, responsabilidad social y pensamiento crítico. «No se trata solo de aprender a manejar dinero, sino de entender su impacto en la comunidad y en el medio ambiente», puntualiza Amaya. Camacho añade que la iniciativa genera un puente natural con el ecosistema de innovación local, ya que los estudiantes tendrían acceso a mentorías y capital semilla provenientes de alianzas público-privadas.
En los próximos días, la Comisión de Educación del Concejo iniciará el primer debate. Los autores confían en que el respaldo ciudadano —evidente en las redes sociales y en los foros estudiantiles— se traduzca en votos favorables. Si la propuesta se convierte en Acuerdo Municipal, el calendario académico de 2026 podría estrenar un componente de economía real que, según Camacho y Amaya, marcará un antes y un después en la historia educativa de Neiva.
Con esta jugada legislativa, los dos concejales buscan dejar una huella que vaya más allá de su periodo: aspiran a sembrar una generación capaz de ahorrar, invertir y emprender con visión de futuro, convencidos de que la verdadera revolución económica empieza en el pupitre.