Reforma pensional: triunfo del Gobierno en medio de sombras legales
El sábado 28 de junio cerró con una decisión trascendental para el futuro de millones de colombianos: la Cámara de Representantes aprobó, en último debate, la reforma pensional impulsada por el presidente Gustavo Petro. Con ello, el Legislativo intentó cumplir con lo ordenado por la Corte Constitucional tras identificar vicios en el procedimiento original.

Esta reforma, una de las banderas principales del actual Gobierno, fue respaldada por el Pacto Histórico y sectores del Partido Liberal, Conservador, la U, Verde y Comunes. El Congreso decidió acoger el texto tal como fue aprobado por el Senado el año pasado, en un acto que el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, defendió como correctivo frente a errores formales previos.
Pero la aprobación no se dio sin polémica. Desde las bancadas de oposición, especialmente el Centro Democrático y Cambio Radical, se denunciaron nuevas irregularidades en el trámite. Cuestionaron la citación a la plenaria, hecha la noche anterior y sin cuórum decisorio, lo cual, en su criterio, violó el debido proceso legislativo. Varios congresistas independientes también se sumaron a las críticas.
Más allá de la controversia procedimental, el texto aprobado propone un cambio estructural en el sistema de pensiones. Se abandona la competencia entre Colpensiones y los fondos privados, integrando un sistema único con tres pilares: solidario, semicontributivo y contributivo. Esta arquitectura busca ampliar la cobertura y garantizar una vejez digna.
Dentro de sus novedades, la reforma establece un umbral de 2,3 salarios mínimos para cotizar en el régimen público. Los fondos no serán administrados directamente por Colpensiones, sino por un órgano colegiado que incluye ministros, el director de Planeación y expertos económicos seleccionados por el Banco de la República. Además, más de tres millones de adultos mayores sin pensión recibirán una transferencia mensual de $223.000.
Ahora será la Corte Constitucional la que tenga la última palabra. Su fallo determinará si esta nueva votación subsana los vicios señalados anteriormente y si, finalmente, la reforma puede implementarse. En medio de las dudas, queda claro que la vejez en Colombia ha entrado en el centro del debate político y social.